“No hay el texto”, dijo el presidente de Ecuador, Lenín
Moreno, antes de empezar una cadena nacional en octubre pasado durante las protestas
contra el aumento de los combustibles. De esa frase pobre, en todo sentido, se
construye el gobierno.
Asimismo, la frase de los periodistas en la Comisión de
Fiscalización del Legislativo: “faltó un voto”, para que el juicio político a
la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) vaya al pleno de la Asamblea
Nacional. También de: “Para los ecuatorianos que no tenemos que ver con la
política...” de Alfonso Espinosa de los Monteros, ante el diferimiento de juicio
contra el expresidente Rafael Correa y otros 20 supuestos implicados en el caso
Sobornos, antes llamado Arroz Verde.
De esas frases comunes y sesgadas está lleno el vocabulario
de los ministros, periodistas y seguidores del gobierno. Pero, esas frases
carentes de todo significado están llenos de una connotación clara para
favorecer a la pobre credibilidad de Moreno. A eso se suma, la cortina de humo
que vende la comunicación del régimen sobre los verdaderos problemas que
enfrenta la sociedad ecuatoriana, que, al parecer, no le importa al gobierno. Es así, que el desempleo, la inseguridad, falta de moneda circulante, falta
de pagos a jubilados y de las liquidaciones, y al IESS de trabajadores despedidos
de medios públicos e incautados, son los verdaderos problemas que llevan años
sin una solución, donde ninguna institución gubernamental ha hecho algo por salvaguardar
los derechos de la ciudadanía.
Lo que queda claro es que quiénes están en el poder solo
buscan sus alianzas políticas para gobernar a sus propios intereses y dejar en
el abandono a los millones de desempleados que, según el INEC, de los 8
millones de ecuatorianos en la PEA, 5 millones estamos sin empleo fijo. Por eso,
la economía ecuatoriana está estancada, todos venden y nadie compra, no hay
dólares en el mercado. Pero, ¿qué pasa con los miles de millones que recibe el gobierno
del FMI? ¿Por qué no se ve ninguna obra? ¿Dónde está la plata? Nos preguntamos
los ecuatorianos, que estamos desesperados por buscar las formas de sobrevivir
día a día, mientras el presidente se reúne con Donald Trump en Estados Unidos,
los políticos buscan sus mejores candidatos para las elecciones presidenciales
y asambleístas de febrero del 2021. Al final, tras los créditos del FMI, Ecuador se hunde todos los días.
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