Ecuador vulnerable

Un mes después del terremoto del pasado 16 de abril del 2016 en Ecuador que devastó la provincia de Manabí y el sur de Esmeraldas, las entidades públicas y organizaciones internacionales aún siguen evaluando los daños y recopilando datos.

A continuación replico la información que recopilé para revista La Otra, tras una entrevista con los científicos Ares Rosakis y José Andrade de la Universidad Yachay Tech.


Ecuador tiene una historia de terremotos con magnitud de 7 grados o más que han ocurrido alrededor de 500 km frente a las costas de Esmeraldas y Manabí, la cual es conocida como la Lengua de Fuego por los científicos Ares Rosakis y José Andrade de la Universidad Yachay Tech.

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Mapa sobre los diferentes terremotos desde 1906, elaborado por Yachay Tech
El Consejero Delegado de la Comisión Gestora de Yachay Tech, Ares Rosakis, dice que el terremoto de 7.8 grados del sábado 16 de abril y que tuvo el epicentro entre Muisne y Pedernales fue ocasionado porque existe una falla entre las dos placas tectónicas: Nazca y Sudamericana. Además aclara que la historia del terremoto no comienza el sábado pasado, sino hace más de 100 años con el terremoto de 1906, el cual fue de 8.8 grados de magnitud que fracturó e hizo una ruptura que hoy se la conoce como la Lengua de Fuego (Ver gráfico).
En el gráfico están los terremotos de: 1906 con 8.8 grados (terremoto madre); en 1942 con 7.8 grados; en 1958 con 7.7 grados; en 1979 con 8.2 grados; en 1998 con 7.1 grados; y el último (estrella roja) del 16 de abril del 2016 con 7.8 grados.

Rosakis dice que la Lengua de Fuego es la madre de todos los terremotos de esa zona, que ha producido en los últimos 100 años cinco movimientos telúricos de 7 grados o más. El sismo de 6.2 grados de la madrugada del miércoles 20 de abril en Muisne, también está en esa zona.

Por su parte, el exrector interino y miembro de la Comisión Gestora de Yachay Tech, el ecuatoriano José Andrade, señala que en esa ruptura de la Lengua de Fuego están los epicentros de los terremotos como el de 1942 que generó un tsunami, el del sábado 16 de abril del 2016, y el de la madrugada del 20 de abril que fue una réplica.

Sin embargo, en septiembre del 2014, después de la reactivación del volcán Cotopaxi, entrevisté al vulcanólogo Theofilos Toulkeridis, quien trabaja en la Escuela Politécnica del Ejército (Espe) de Sangolquí. El científico explicó que tras un terremoto por el desplazamiento de dos placas tectónicas, casi siempre hay una fisura, por la cual saldría el magma y así sería posible una erupción volcánica y no necesariamente en el lugar o país que se dio el fenómeno natural.

Sobre un tsunami

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Ares Rosakis (derecha) y José Andrade
Rosakis dice que cuando el epicentro de un terremoto está en el mar hay la posibilidad de un tsunami, y cuando el epicentro está en la tierra la posibilidad de un tsunami es muy baja. Y explica que el epicentro del terremoto del sábado 16 de abril está debajo de Pedernales, en la tierra, y por esa razón importante no hubo un tsunami.

También recalca que la Lengua de Fuego está a unos 30 km de profundidad. Entre las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, y con una longitud de 500 km frente a las costas de las provincias de Esmeraldas y Manabí.

Andrade recalca que la Lengua de Fuego es la fábrica de terremotos que tiene el país, porque “la ruptura fue tan grande en 1906 que toda esa zona está debilitada geológicamente y por eso esta zona sigue siendo más activa. Esto significa que hay una frecuencia de terremotos en un promedio de 20 años. Es decir, cada 20 años se tiene un terremoto de 7 grados o más y esa es estadísticamente una tendencia. La zona vulnerable es la Costa y por lo tanto es la más afectada”.

Terremotos de Japón y Ecuador

Rosakis explica que entre los terremotos de Japón y Ecuador hay algunas similitudes pero no están relacionadas para nada. “En Japón hay una zona de subducción como la de Ecuador, pero la geografía de esa zona es muy diferente a la de Ecuador”, recalca.

Diferencia entre los temblores de la Costa y la Sierra

Rosakis señala que cuando la placa de Nazca se introduce en la placa Sudamericana esta sube y todo el territorio salta, y eso es característico de la subducción o de choque en la Costa, mientras que en la Sierra el movimiento telúrico es lateral.

El científico recalca que la zona de la Costa es vulnerable porque tiene suelos blandos con arcillas y arenas que amplifican las ondas sísmicas, mientras que la ciudad de Quito (Sierra) está protegida por los Andes, que es una formación geológica rocosa, la cual forma una barrera ante los sismos. Por eso, a pesar que en Quito se sintió muy fuerte el sismo, la propagación de ondas en la Costa fue más alta y hacia el sur hasta llegar a Guayaquil.

Asimismo, Andrade señala que “en los sectores más vulnerables y pobres del país hay una construcción subestándar. Es una lección clara que los ecuatorianos necesitamos subir los estándares de construcción, pero también mejorar las técnicas de construcción. Cuando hay un sismo se necesita flexibilidad en las estructuras”.

Recomendaciones


José Andrade recomienda que como ecuatorianos es hora que sepamos que vivimos en un país altamente sísmico y que esta es una realidad con una frecuencia, como muestra la estadística, de más o menos 20 años.

Además destaca que los ecuatorianos debemos: “entender mejor nuestra vulnerabilidad. Tenemos que saber de dónde vienen los terremotos, los tsunamis, por dónde nos van a golpear, cuáles son las debilidades en la Costa e invertir en un sistema de alerta temprana que no tiene el país ni para sismos ni para tsunamis, solo así vamos a ser una sociedad como Japón, como Chile en donde ellos ya han aceptado su vulnerabilidad sísmica, la han hecho parte de su vida”.

Ares Rosakis destaca que Yachay Tech tiene la experiencia y el bagaje profesional para dar luces en todos los riesgos de gran magnitud y gran impacto para el país.
“En el período de un día, en un periodo muy corto, la experticia que tiene Yachay Tech nos permitió dar luces para entender nuestra vulnerabilidad en esta Lengua de Fuego y entender que esta es una fábrica de terremotos, de tsunamis en la Costa y también dar referencias prácticas de cómo el país debe protegerse con este ritmo sísmico que seguiremos teniendo”.




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