La oralidad ecuatoriana ante la virtualidad



En un vídeo del humorista Carlos Michelena de hace veinte años trata de temas cotidianos de los ecuatorianos, que aún no cambian.
Es así que menciona al servicio burocrático, los vendedores de periódicos, los vendedores en los buses, quienes forman el imaginario cotidiano de la ciudad y que todavía están en vigencia a pesar de los diferentes cambios socio-económicos en las dos últimas décadas.
En la capital del Ecuador, Quito y sus alrededores todavía no han cambiado estas realidades, donde los niños buscan el sustento para sus familias con ventas.
Además, la cultura ecuatoriana sobrevive del recuerdo, del imaginario porque es una cultura oral. Lo que el nuevo paradigma tecnológico de las redes sociales todavía no percibe.
Sólo basta con subirse a los buses en la ciudad y dirigirse a las parroquias en las afueras de la ciudad para observar que la sociedad ecuatoriana es más feliz sin enterarse de los cambios tecnológicos, sociales, políticos y económicos de la actualidad.

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