Al periodista polaco Ryszard Kapuscinski la entrevista le parecía un género despreciable dentro del periodismo y creía que los políticos nunca le iban a decir la verdad y que no tenía sentido entrevistarlos.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, el pasado mes de junio en su informe semanal de labores dijo “¿Por qué tenemos que ir a dar entrevistas, por qué nuestros ministros tienen que ir a dar entrevistas en Ecuavisa, en Teleamazonas, El Universo, si son negocios privados?. ¿Acaso con eso no estamos contribuyendo a llenarse el bolsillo de las seis familias que dominan los medios de comunicación a nivel nacional?, preguntó.
El 16 de junio el Viceministro de Seguridad, Javier Córdova, llegó a una entrevista en radio Quito, pero para excusarse porque “como gobierno hemos decidido no dar este tipo de entrevistas”, publicó ese día el portal de diario El Comercio.
Entonces si el periodista Kapuscinski no entrevistaba a políticos porque no dicen la verdad, tanto prensa como funcionarios de gobierno y políticos no deben sujetarse a un solo género periodístico para obtener datos que construyan un hecho.
Pero, a Kapuscinski sí le gustaba que lo entrevistaran, es así que en una publicación del diario español EL MUNDO el 29 de mayo de 2006 agrega: “Para ser buen periodista hay que ser buena persona, porque nuestro trabajo depende mucho de otra gente. Es una obra colectiva. Nosotros sólo apuntamos voces y opiniones de la gente. Si nuestras fuentes no quieren hablar con nosotros, no conseguiremos información.”
El periodismo tiene como función contar lo que les pasa y les sucede a las culturas del mundo, desde la cotidianidad para que no sean presas fáciles de las diferentes formas de engaños.
El periodismo tiene como función contar lo que les pasa y les sucede a las culturas del mundo, desde la cotidianidad para que no sean presas fáciles de las diferentes formas de engaños.
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